sábado, 21 de enero de 2017

Breamo

Tristán iba recorriendo en su pequeño utilitario la carretera que une Coruña con Ferrol; la "recomendación" del Eco le había provocado un estado que no era depresivo, pero sí de melancolía continua. Se sentía decepcionado con muchos de los que antes le pasaban la mano por el lomo, pasaron de tomarlo como un profesional a considerarle un friki más, al nivel de sujetos indescriptibles.

En estos pensamientos estaba Tristán cuando se dio cuenta del CD que sonaba en su coche, eso fue lo que por fin consiguió sacarle una sonrisa,era su querido "Cheer up mix", y solo pensar en esos buenos tiempos hizo que al menos sonriese durante un corto segundo, justo el corto segundo en el que se preparó para desviarse hacia la pista que subía a Breamo. Mientras sonaba "Always look on the bright side of life" recorría las curvas y contracurvas de esta pista y llegaba al pequeño aparcamiento que se encuentra al lado de la ermita, allí veía a una pareja de su misma edad (unos treintañeros) que debían de ser Antía y Xiao, los que habían contactado por el...vía twitter.

- Hola Tristán - dijo rápidamente el hombre-  yo soy Xiao y ella es Antía - dijo mientras ella mantenía sus brazos cruzados y le miraba de reojo con aparente desconfianza - somos los que te pusimos el mensaje privado en twitter.

- Encantado - dijo Tristán mientras se peleaba con la bandolera, como siempre, e intentaba ponerse bien el abrigo, como siempre-  contadme, ¿como es eso de que habéis encontrado las marcas de Langosteira aquí?.

Xiao simplemente le hizo un gesto, para que los acompañase. Mientras iba camino de la ermita recordaba visitas previas a esa zona; había ido de pequeño de excursión, había ido con su padre en tres o cuatro ocasiones y con amigos otras tantas veces...y nunca nada le había llamado la atención...nada hasta ahora, ya que nunca había ido hacia el hito meteorológico que marca la altura de la zona y que estaba rodeado de toxos. Con una hoz Antía hizo unos rápidos movimientos y dejó los toxos cortados casi de raiz, lo cual dejó a Tristán alucinado, y simplemente le dijo "mira" mientras señalaba al lado del hito.

Ahí estaban de nuevo, las cinco rayas cruzadas de Langosteira, pero con una cruz de santiago al lado y en una piedra que parecía lo suficientemente atacada por la vegetación para pensar que no era una broma de una asociación friki.

- ¿Ves como es lo que te decíamos? - dijo Antía- además, mira esto - dijo mientras se sacaba la bufanda que rodeaba su cuello.

En ese momento Tristán dio tres pasos atrás, Antía tenía en su cuello la marca de las cinco rayas cruzadas, las mismas de los cadáveres momificados de Suevos, las mismas de las piedras de Punta Langosteira y , ahora, de Breamo; las mismas que él relacionó y le dejaron (qué ironía) marcado. Y ahora teníamos una nueva referencia jacobea, la cruz-espada de Santiago.

Estaba claro, todo volvía a empezar de nuevo, pero ya no tenía la energía y la felicidad de antes para arrancar con la búsqueda el significado.


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